Desde que se inventó el aire acondicionado no hay hogar que no disponga de uno. No deja de ser un aparato relativamente polémico, ya que el gasto energético que supone y su impacto en el medio ambiente siempre ha sido motivo de discusión, pero nadie puede negar que desde su llegada a las casas las épocas calurosas del año son mucho más llevaderas. Es lo único que puede calmarnos y aliviarnos un poco cuando llegamos a casa desde la calle y necesitamos un ambiente con una temperatura más agradable en el que relajarnos, porque de lo contrario es imposible. Sí, sin lugar a dudas el verano se trata de una de las épocas más divertidas y esperadas del año, pero si no tienes pequeños oasis de frescor es muy probable que acabes detestándolo.

Ahora bien, no todos los aires acondicionados son iguales. Instalar un aire acondicionado puede parecer la alternativa más común, pero existen otras igualmente cómodas que también pueden hacer del verano una época más soportable. En algunos edificios, los vecinos no pueden instalar un aire acondicionado tradicional porque no se permite modificar la fachada, o hay gente que sencillamente prefiere no hacer obra porque la casa en la que vive no es legalmente suya. En este tipo de casos, la mejor opción a la que podemos recurrir es a un aire acondicionado portátil. En este artículo voy a explicarte cuáles son las principales ventajas y desventajas de los aires acondicionados portátiles, ya que, si has llegado hasta aquí, es muy probable que te estés planteando hacerte con uno para disfrutar realmente del verano.

Pros y contras de los aires acondicionados portátiles

Los aires acondicionados portátiles son una alternativa muy cómoda. Lo cierto es que, si la casa en la que vivimos nos pertenece y se nos permite realizar una obra que implique modificar la fachada, es probable que un aire acondicionado tradicional pueda resultar menos aparatoso, pero si no es nuestro caso, los aires acondicionados portátiles suponen la mejor opción posible, y a veces pueden incluso resultar mejores.

Evidentemente, una de sus principales ventajas es su gran portabilidad. Un aire acondicionado de obra ha de permanecer en el lugar en el que está siempre, puesto que está instalado. Normalmente no molesta, ya que se encuentra en la parte superior de alguna pared, pero lo bueno de los portátiles es que puedes llevarlos de un lado a otro de la casa. Si tienes un aire acondicionado de obra, seguramente hay habitaciones en las que no disfrutas de él, y un aire acondicionado portátil soluciona ese problema.

Además, te permite guardarlo durante el invierno o cuando no lo estás utilizando, por lo que no resulta molesto o un incordio en épocas en las que no lo necesitas. Por otro lado, su consumo energético es menor. Los aires acondicionados tradicionales pueden suponer un gasto en la factura de la luz significativo, pero no tendrás ese problema con los portátiles. Además, tampoco tendrás que pagar por la instalación, puesto que no requiere de ninguna, y son mucho más silenciosos que los de obra. Se trata de una opción ideal para espacios pequeños o para disponer de un pequeño oasis en frío si estamos en una casa que no es nuestra. Asimismo, si tenemos en mente irnos de viaje al pueblo o a algún lugar en el que no haya aire acondicionado, puedes llevarlo contigo para conseguir ese mismo oasis en cualquier parte.

Ahora bien, entre sus desventajas figura que no enfría tanto como un aire acondicionado de obra. No tiene tanta potencia, y tiene que pasar más tiempo para que el ambiente se aclimate y puedas realmente sentir la diferencia. Además, si quieres disponer de una potencia mayor, tendrás que preocuparte por el tamaño y la calidad del aparato en sí, y si eres de los que lo retiran cada vez que llega el frío, tener que instalarlo cada verano puede acabar resultando un engorro. También se puede dar el caso de que haya un día especialmente caluroso durante el año, que no caiga en época estival, y en el que no puedas disfrutar del aire acondicionado porque lo tengas guardado a la espera de que llegue el verano.

En general, se trata de una alternativa altamente recomendable, pero cabe decir que no todo son ventajas, como cabría esperar. Desde luego es una idea maravillosa para poder enfriar una habitación en la que no dispongas de aire acondicionado de obra, o directamente para contar con uno si no puedes disponer de uno de instalación fija. A todas luces, un acierto.

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