A la hora de iluminar nuestro hogar, las posibilidades que se abren ante nosotros son infinitas. El catálogo de opciones es muy amplio, y no hablo únicamente de las lámparas que podemos encontrar en el mercado y por las que podemos optar dependiendo de la decoración de nuestro hogar, sino de algo mucho más fundamental: la bombilla. No me cabe duda de que en más de una ocasión has visto bombillas que ni siquiera sabías para qué servían. Del mismo modo, es muy probable que en más de una ocasión te hayas visto en la tesitura de no estar seguro de si puedes o no puedes sustituir una bombilla por otra, o cuál es la mejor opción para iluminar tu casa. Así pues, he preparado una clasificación para que puedas ver qué tipos de bombillas hay en el mercado, y cuáles son las ventajas de unas y otras.

Clasificación de bombillas

Bombillas halógenas

Es el tipo de bombillas al que más acostumbrados estamos, seguramente. Se venden en muchos formatos, pero de un tiempo a esta parte suelen verse más como pequeños focos adheridos al techo. Lo cierto es que crean una iluminación muy agradable y homogénea, ya que tienen una potencia envidiable, pero lo cierto es que no su rendimiento no es muy superior al de otro tipo de bombillas como las incandescentes. Su vida útil se ha alargado de un tiempo a esta parte, por lo que su rendimiento también se ha visto mejorado.

Bombillas incandescentes

Estas bombillas se caracterizan principalmente por el calor que emiten. Seguro que más de una vez te has encontrado estudiando o trabajando frente a una lámpara con luz incandescente y te has dado cuenta de que esta irradiaba más calor de lo que esperabas. Lo cierto es que no son las bombillas más eficientes, puesto que gran parte de su energía se desperdicie por culpa de su temperatura, puesto que su funcionamiento radica en el calentamiento de un filamento, que es lo que ilumina. Son bastante baratas, lo que podría hacernos pensar que nos ayudan a ahorrar, pero nada más lejos de la realidad, ya que su vida útil es bastante limitada.

Fluorescentes

Las lámparas fluorescentes fueron el punto fuerte de la iluminación en grandes recintos hace ya tiempo, y lo siguen siendo en la gran mayoría de espacios amplios como aulas u oficinas. Lo cierto es que proporcionan una luz brillante que permite iluminar lo máximo posible una estancia de grandes dimensiones, y su tecnología se basa en la combinación de gases y sales que emiten la luz cuando entran en contacto con una corriente eléctrica. Sin embargo, este tipo de iluminación también tiene algunas pegas. Al combinar gases y sales, pueden llegar a ser tóxicas en caso de romperse. Además, tardan un poco en encenderse, y con el paso del tiempo pueden llegar a ocasionar molestos parpadeos hasta que se cambien.

Bombillas LED

Desde mi punto de vista, las bombillas LED han llegado para revolucionar la iluminación. Se han constituido, de hecho, como una de las mejores alternativas a la hora de iluminar, y es que son versátiles, elegantes, y combinan a la perfección un alto rendimiento con un bajo consumo. Su vida útil es muy superior a cualquiera de sus hermanas, motivo por el cual su precio es algo más elevado, también. No obstante, contrariamente a las bombillas incandescentes, que son baratas pero duran poco, las bombillas LED sí nos permiten ahorrar, porque son algo más caras pero tardan mucho más en requerir un cambio. Pueden llegar a ofrecer hasta 50.000 horas de uso impecable. Además, se venden de formas muy diversas, tanto en bombillas como focos, paneles o incluso tiras decorativas, y se puede escoger el color de la luz. En general, una opción fetén.

Bombillas de bajo consumo

Las bombillas de bajo consumo se caracterizan por ofrecer un ahorro energético, lo que se refleja tanto en tu factura como en la factura que está pagando el planeta. Utilizan la misma tecnología que los tubos fluorescentes, pero lo que cambia es su formato, por lo que podemos hablar de los mismos pros y contras que ofrecen los fluorescentes, es decir: buena iluminación, bajo consumo, pero toxicidad y retardo a la hora de encenderse. Teniendo en cuenta que su principal ventaja es el bajo consumo, las bombillas LED a día de hoy suponen una alternativa mucho más inteligente en comparación.

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