En numerosas ocasiones, puede producirse el deterioro de un enchufe a causa de que se está realizando un contacto defectuoso en el mismo o porque ha habido una sobrecarga que haya podido afectar a su correcto funcionamiento.

Algunos de los síntomas más evidentes de que tu enchufe necesita una renovación urgente son el hecho de que presente deformidades, que haya adquirido un color raro que antes no tenía o que se haya descuadrado por el uso. Cuando alguna de estas cosas suceden, se vuelve necesario cambiar el enchufe, para no correr riesgos innecesarios y fácilmente evitables.

A lo largo de este artículo, te enseñaremos cómo cambiar un enchufe de pared, de manera que puedas hacerlo tú mismo.

Consigue las herramientas necesarias

Pese a que para conseguir cambiar un enchufe sólo necesitarías un destornillador, nosotros te recomendamos que tomes todas las precauciones posibles. Por eso, algunas de las herramientas que necesitarás para poder cambiar el enchufe de pared con éxito son un destornillador plano, otro destornillador de estrella, un pelacables, un buscapolos para comprobar que la tensión eléctrica no existe y una pinza de electricista.

Adquirir el nuevo enchufe

Lo primero que tendremos que hacer es comprar un enchufe nuevo que sea siempre del mismo tipo que el que se ha estropeado y, además, primar que sea de calidad y el más óptimo para la pared donde vayamos a instalarlo. Por supuesto, antes de empezar a manipular el antiguo enchufe, tendremos que cortar la alimentación de la corriente y el suministro de electricidad de la vivienda, de manera que evitemos posibles chispazos. Ten en cuenta esto antes de empezar a trabajar: nunca trastees enchufes, bombillas o elementos que funcionen a través de la electricidad sin cortar su energía antes.

Desmontar el enchufe viejo

El siguiente paso será desmontar de la pared tanto el marco como el enchufe estropeado y soltar los cables de electricidad de que dispone el mismo. La manera de hacerlo es muy sencilla, sólo necesitarás desatornillar la tapa central, que es el enchufe en sí mismo y, a continuación, extraer el mecanismo que encontrarás empotrado en la tapa. Una vez hayas aflojado los pertinentes tornillos, el mecanismo quedará colgando y sujeto a los cables. Encontraremos algunas diferencias dependiendo del tipo de instalación que se haya realizado en la vivienda, pero, por norma general, los cables estarán siempre identificados por colores, que suelen ser: para la toma de tierra, amarillo o verde, para el cable neutro, el azul y para el cable activo o fase, el negro, marrón o gris.

Verifica los cables y desconéctalos

Ataviado con el destornillador, tendrás que separar los cables de los conductores y revisar todas las conexiones en la parte en la que los cables están pelados. La conexión tiene que ser limpia y justa, por lo que te recomendamos que la ajustes si notas que está algo suelta o floja. Además, es posible que te encuentres con algún que otro desperfecto, especialmente si el enchufe de pared no funcionaba correctamente. Por ello, tendrás que utilizar el pelacables para raspar la parte de alambre y conectarlos con los tornillos terminales.

A la hora de desconectar los hables, presta atención a cómo están embornados. El sistema de embornado, por si no te suena este término, consiste en unas palancas situadas en al parte posterior del mecanismo, justo donde van conectados los cables.

Conectar los cables al nuevo enchufe

Para este paso necesitarás tomar primero el mecanismo y conectarlo a los cables, dos de ellos en la parte superior y el otro en la parte inferior. Tendrás que tener en cuenta la referencia de colores que te hemos mencionado con anterioridad, para que los coloques como deberías. Recuerda que el cable verde o amarillo es conductor a toma de tierra y debe conectarse siempre con el tornillo terminal central. Los otros (azul, marrón, negro o gris) no tienen un orden fijo. Además, te recomendamos que te asegures de que no quedará ningún cable suelto.

Atornillar el mecanismo

Una vez tengas el mecanismo encajado, atorníllalo y coloca el marco y la tapa embellecedora. Cuando ya esté todo terminado, conecta la luz de nuevo y comprueba que funcione.

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