En este artículo de nuestro blog queremos explicarte qué es el suelo radiante. Por ello, podemos decirte que consiste en un sistema de calefacción que funciona gracias a una fuente de calor que es canalizada bajo el suelo. Tiene la enorme ventaja y la característica principal de que no se ve afectada por los movimientos de aire. Esto implica que el suelo radiante consigue distribuir el calor de forma homogénea.

El suelo radiante es una de las opciones que son cada vez más solicitadas como alternativa a los sistemas de calefacción convencionales, no sólo por su estética y su discreción. También se debe a que, por cómo funciona, consigue convertir la superficie más amplia de la casa, el suelo, en una gran fuente de calor. Y no sólo puede instalarse en suelos, sino que también puede aplicarse a techos o paredes para convertirlos en la fuente de calefacción del inmueble.

Qué tipos de suelos son mejor para el suelo radiante

Queremos que sepas que, a la hora de plantearte qué es el suelo radiante y su instalación, tendrás que seleccionar con cuidado el tipo de suelo a instalar en la vivienda. Por ejemplo, una mala elección de suelo serían los de madera, ya que la exposición continua al calor sólo serviría para que la madera se deformase, especialmente si ésta no ha sido tratada de manera adecuada antes de ser instalada. Por supuesto, siempre existen variedades de suelos de madera optimizados para ser instalados junto al suelo radiante, pero son opciones algo más caras.

Los mejores materiales para la instalación del suelo radiante serán los realizados en materiales de cerámica, porcelana o vinilo, ya que son los mejores conductores térmicos. Además, también son los que mejor soportar los cambios constantes de temperatura y las dilataciones que estos pueden provocar.

Cuáles son las principales ventajas del suelo radiante

Una de las mejores ventajas de este tipo de calefacción que es el suelo radiante es el hecho de que el calor irradia siempre hacia arriba, por lo que se consigue que toda la estancia se mantenga a una óptima temperatura. Además, es especialmente discreto, ya que se instala por debajo del suelo y no precisa de elementos complementarios, como radiadores, por lo que es especialmente estético y consigue pasar desapercibido.

También suele gustar del suelo radiante el hecho de que es silencioso, sin que calentar la estancia provoque ningún tipo de molestia auditiva. Y, por supuesto, al estar ubicado bajo el suelo, no provoca que el ambiente quede especialmente reseco, tal y como sucede con otros sistemas de calefacción. Pese a esta ventaja, nosotros siempre te recomendamos que la humedad relativa de la vivienda siempre sea, al menos, del 50%.

La última de las ventajas de los suelos radiantes es que son ecológicos. Su instalación quedará amortizada rápidamente, ya que no precisa de mucho tiempo para crear una temperatura agradable en la estancia o en toda la vivienda. Además, son sistemas de baja temperatura de impulsión, por lo que consume entre un 10 y un 20% menos en relación con otros sistemas de calefacción tradicionales.

Ahorrar con el suelo radiante es, como hemos dicho, posible desde el mismo momento en que es instalado. Especialmente si se mantiene conectado a baja temperatura en lugar de estar encendiéndolo y apagándolo continuamente. Es mejor y más rentable mantener el suelo radiante encendido para que pueda centrarse en mantener el calor que haya generado antes que apagarlo y provocar que el sistema de calefacción tenga que empezar de nuevo el ciclo térmico para calentar la estancia.

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