Mantener la casa fresca en verano puede suponer un reto para muchos. Es cierto que, a día de hoy, contamos con electrodomésticos que nos hacen la vida mucho más cómoda, como el aire acondicionado, pero debemos tener unas cuantas cosas presentes antes de abusar de él. Nadie va a negar que conectar el aire acondicionado cuando acabamos de llegar de la calle, en pleno agosto, y nos vamos derritiendo por las esquinas, sea una de las sensaciones más agradables que podemos experimentar en vida, pero eso traer consecuencias. Para empezar, no es ningún secreto que el abuso del aire acondicionado tiene un efecto adverso en la salud del planeta, por lo que nunca es recomendable tenerlo encendido más tiempo del indicado. Y, por otro lado, en caso de que cuidar del medio ambiente no sea tu principal preocupación, el aire acondicionado dispara la factura de la luz. Hay otras maneras de mantener la casa fresca en verano, y aunque seguramente acabemos encendiendo el aire acondicionado un rato, al menos conseguiremos reducir nuestro consumo en cierta medida.

Sí, sabemos de sobra que estamos más que acostumbrados a recurrir al aire acondicionado para refrescarnos durante los duros meses de verano, pero existen trucos ecológicos y muy baratos que conseguirán que tu hogar esté fresco y agradable, además de reducir con creces tu factura eléctrica. Son acciones cotidianas muy sencillas de realizar, y no nos quitan tiempo en absoluto. Si quieres mantener tu casa fría en verano sin abusar del planeta (ni de tu bolsillo), voy a darte algunos consejos básicos para que tengas un verano más saludable.

Tips para mantener la casa fría en verano

A veces parece imposible escapar el calor abrasador que caracteriza el verano, especialmente si vives en una localidad costera, ya que la humedad del calor lo hacen todavía más insoportable. Está claro que nada va a librarte de sufrir el calor de salir a la calle, aunque hay contextos en los que eso resulta agradable, ya que a nadie le gusta ir a la playa o a la piscina cuando hace frío. No obstante, todas las actividades de nuestra vida cotidiana, como ir a trabajar, ir al gimnasio o bajar al perro, se convierten en auténticas torturas. Sea como fuere, la mejor medicina contra ese agobio es poder volver a casa y encontrar un refugio agradable en el que huir del agobiante calor exterior, y estos sencillos trucos te ayudarán a conseguirlo sin gastar de más.

Para empezar, el peor enemigo en verano es la luz. Lo mejor es que cierres las persianas durante el día, porque la luz del sol irradia calor, y está claro que cuanta más entre en casa más calor traerá consigo. No es necesario que estén bajadas del todo, ni que viváis el verano a oscuras, pero bájalas lo suficiente como para que el sol no entre a raudales en casa. Esto no implicará necesariamente que tu casa se refresque, pero sí ayudará a que no se caliente en exceso, algo que ocurre a menudo cuando abrimos las ventanas de par en par esperando que la triste brisa veraniega nos traiga algo que no sea más sopor. Mantenlas cerradas mientras dure la luz del sol, y airea la casa al amanecer y al anochecer. Son los únicos momentos del día en los que el calor no es agobiante y, de hecho, hace incluso un poco de fresco. Si abres las ventanas a estas horas, conseguirás que entre en casa un poco del frío matutino, y, por supuesto, ventilarás la casa.

Como la noche es el único refugio seguro del calor, es también entonces cuando se recomienda utilizar los electrodomésticos. El ordenador, el lavavajillas o la lavadora, aunque no nos demos cuenta, irradian calor cuando están en funcionamiento. Lo mejor es reservar el utilizarlos para por la noche, porque así no sobrecargarán el ambiente, y es una manera muy cómoda de evitar más calor innecesario en nuestra casa.

Contar con plantas en casa puede ser también un plus a la hora de refrescar nuestro hogar, ya que aportan humedad y renuevan el aire. En esta misma línea, también puedes cambiar un poco la decoración de tu hogar, eliminando elementos invernales como mantas o alfombras. Y si, además, añades elementos de colores claros o con estampados primaverales, aunque parezca una tontería, te ayudará a intuir un ambiente mucho más fresco.

Como ves, es muy sencillo conseguir una casa más fresca en verano. No hace falta que renuncies por completo al aire acondicionado, ya que no cabe duda de que, si vuelves acalorado de la calle, una casa ligeramente más fresca en comparación no te será suficiente para poder recuperar tu temperatura normal. Estos trucos te serán muy útiles para reducir tu consumo y para cuidar del planeta, pero no es necesario que no vuelvas a encender nunca más el aire acondicionado. Se trata de consumir con cabeza y con responsabilidad, pero también de que hacerlo no nos cueste sentirnos incómodos en nuestra propia casa durante toda una estación.

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