Si tienes la suerte de contar con una piscina, es probable que te hayas preguntado en más de una ocasión cuál es la mejor manera de iluminarla. Lo cierto es que una buena iluminación puede hacer que tu jardín adquiera inmediatamente un aspecto mucho más elegante y acogedor, y es tan sencillo como saber qué tipo de iluminación es la más indicada para cada espacio. Comprar lámparas y luces para nuestro hogar no parece ser una tarea demasiado complicada, ya que solemos tener bastante claro qué clase de iluminación buscamos para cada habitación, pero no es lo mismo iluminar un salón que iluminar una piscina. El tipo de luces deben de ser distintas, evidentemente, pero también es preciso saber qué zonas merece la pena iluminar, o cómo podemos conseguir un efecto místico o atractivo. Al fin y al cabo, y afortunadamente, a día de hoy la iluminación no tiene como único objetivo el aportar luz a un espacio, sino, también, el aportarle un estilo específico.

La luz se ha convertido en un elemento decorativo muy importante. Llega un punto, de hecho, en el que la decoración en sí misma parece perder importancia si cuenta con una iluminación que no puede realzarla. No obstante, existen iluminaciones mucho más prácticas, que pueden ser decorativas casi sin querer. Iluminar una piscina puede ser muy sencillo, ya que lo único que buscas es conseguir que haya luz en ella, pero no es difícil pasarse o quedarse corto. En este artículo voy a explicarte brevemente algunos consejos muy sencillos para saber cómo iluminar nuestra piscina, teniendo en cuenta diferentes factores como el tamaño o la profundidad de la piscina, la cercanía con respecto a la casa, la oscuridad del resto del jardín, etc. No me cabe duda de que, una vez apliques estos consejos, tu piscina estará perfectamente iluminada, y tu jardín habrá adquirido automáticamente un toque mucho más elegante.

Tips para iluminar correctamente una piscina

Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de iluminar nuestra piscina es el tamaño de esta. Los focos para la piscina no son especialmente caros, pero tienes que tener en cuenta que, si tienes una piscina pequeña, no necesitarás más de uno, e ir añadiendo implicará una pérdida de dinero y un resultado no tan agradable. El agua es perfectamente capaz de iluminarse casi por completo con muy poca luz, de ahí que una piscina pequeña pueda iluminarse por completo con un único foco. En función de su tamaño iremos añadiendo focos, aunque está claro que esto también puede depender de nuestros gustos y de la calidad de la iluminación que rodee la piscina. Pueden colocarse dos focos enfrentados, si buscas adquirir una iluminación ligeramente más homogénea. Conforme la piscina sea más grande, será recomendable ir añadiendo un mayor número de focos, pero tampoco es necesario sobreiluminar la piscina.

Con respecto a la altura, lo mejor que puedes hacer es colocar los focos a una altura media, pero más cerca de la superficie. Si los colocas a menos de un metro de altura con respecto al borde, podrás iluminar sin problema el interior de la piscina, a la vez que te permites acceder a los focos sin tener que vaciarla por completo.

Si, por otro lado, tu piscina cuenta con una estructura de escaleras, mi recomendación personal es que no coloques focos justo en la escalera, pero sí en los laterales. Iluminar la escalera te permitirá percibir la altura de cada escalón, por lo que también supondrá, dentro de lo que cabe, una medida de seguridad. Por otro lado, si tu piscina está demasiado cerca de casa, lo mejor que puedes hacer es colocar una serie de focos únicamente en un lateral, concretamente el del lado de la casa. De este modo podrás evitar encontrarte con una luz molesta de frente cada vez que mires al jardín, sin por ello renunciar a una iluminación potente de la piscina.

Más allá de los focos para el interior de la piscina, hay otras maneras de iluminarla mucho más originales y que precisan de una instalación más sencilla. Se trata de opciones que puedes combinar cómodamente con los clásicos focos, pero que te permiten también prescindir de ellos en caso de que no quieras iluminar por completo el interior de la piscina. Sin ir más lejos, puedes recurrir únicamente a la iluminación del jardín, colocando una hilera de focos LED de baja intensidad en los bordes de la piscina. Esta iluminación será suficiente para iluminar el agua y poder disfrutar de un baño seguro, pero tampoco resultará demasiado llamativa y conseguirás un efecto tenue y atractivo. Por otro lado, existen unos elementos muy curiosos que forman parte de lo que se conoce como iluminación flotante. Son objetos de diversos tamaños cuya superficie brilla y reluce, aportando iluminación allá donde los coloques. Puedes situarlos en la superficie de la piscina, ya que no corres el riesgo de que se hundan, o en el exterior, aportando decoración al resto del espacio.

Sea como fuere, las posibilidades que tienes ante ti a la hora de iluminar una piscina son muchas. Mi consejo siempre es recurrir a un experto para la instalación de los focos en el interior de la piscina, ya que son elementos mucho más luminosos que otras alternativas. Sin embargo, si te gusta disfrutar de un ambiente más discreto y no te gusta que el agua se vea tan iluminada, te recomiendo informarte acerca de opciones alternativas como las que te he comentado anteriormente, ya que no te costará encontrar el tipo de iluminación que mejor se adapte a ti.

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